Futuros ingenieros profundizaron sobre formación de suelo y realizaron práctico de observación en leguminosas

Como parte de los contenidos del módulo “Suelos y fertilizantes”, estudiantes del Instituto participaron en una actividad de aprendizaje en terreno desarrollada en el Centro Productivo y de Práctica El Castillo que contempló la revisión de aspectos relacionados a formación de suelos.

Los mattheínos y mattheínas que este año ingresaron a la carrera de Ingeniería de Ejecución en Agronomía Programa Regular participaron en esta actividad práctica junto al docente de la asignatura, Alejandro Ñirril.

En la ocasión, el profesor explicó que el suelo es un ecosistema formado por partes diferenciadas que constituyen la estructura del medio agrícola, “siendo la base para la vida de las plantas y fuente fundamental de elementos nutritivos. El suelo agrícola está compuesto de minerales que sirven de alimento, tierra que retiene la humedad y microorganismos, que ayudan a que conserve sus buenas propiedades”, indicó el Ingeniero Agrónomo.

Mencionó además que disponer de un suelo oxigenado, con buena estructura y equilibrado en sus nutrientes es lo óptimo para el agricultor, y de esta forma se pueden obtener buenos rendimientos. “En tanto, si el suelo es pobre, no tiene la acidez adecuada o su estructura está dañada, es probable que los cultivos no prosperen, aunque el clima, las labores y el riego acompañen”, dijo.

Durante esta actividad práctica, los estudiantes realizaron además un práctico de observación de nodulaciones de Rhizobium sp. en leguminosas. Sobre esta actividad, el docente explicó que las bacterias del género Rhizobium son conocidas principalmente por su habilidad de fijar el nitrógeno y establecer relaciones simbióticas con plantas. Las relaciones simbióticas que establecen con las leguminosas, -explicó-, tienen un alto impacto ecológico y económico.

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