Cada 28 de julio, desde 1990, se conmemora en nuestro país el Día Nacional de las Campesinas y Campesinos, instancia que buscar reconocer y poner de relieve el invaluable aporte de la Agricultura Familiar Campesina a la economía y al desarrollo de la sociedad.
En esa línea, es importante consignar que la pequeña agricultura representa el 85% de las explotaciones agropecuarias que se desarrollan en Chile, lo que se traduce en 279 mil pequeños agricultores que trabajan un cuarto de la superficie cultivable del país y de ese total 170 mil son apoyados por el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) a través de sus distintos programas regulares e instrumentos de fomento y crédito.
Se trata, entonces, de una actividad no sólo fundamental para el desarrollo del país, sino que necesaria y trascendente. Y la Educación Superior Técnico Profesional (ESTP) tiene un imperativo en proveer al país de capital humano altamente especializado, que sea capaz de entregar soluciones atingentes e innovadoras a los nuevos desafíos para hacer de esta actividad una industria cada día más sostenible y sustentable.
El aumento sostenido de la población mundial, la cada vez mayor diversificación en trabajos relacionados al agro, el crecimiento de la industria y la llegada de tecnología sofisticada urgen a las Instituciones de Educación Superior (IES) a mejorar sus propios procesos formativos, adecuando los perfiles de egreso para dar respuesta a la naciente demanda de técnico-profesionales rigurosamente comprometidos con una industria reconocida como pilar de la economía nacional.
Andrea Mora Sotomayor
Rectora
Instituto Profesional Agrario Adolfo Matthei
